Todo por ellas

Hay una frase de Dolina, que desde que la leí por primera vez, me quedó estampada en el seso: “Todo lo que los hombres hacemos en nuestras vidas es para conseguir minas”. Es como que esa frase tiene un matiz obvio y otro bastante subversivo. Por un lado es cierto que somos potencialmente capaces de hacer cualquier cosa para ganarnos una mina. Pero de ahí a pensar que todo lo que en efecto hacemos, todas nuestras acciones, están pergeñadas con la intención de atraer una mujer, hay un trecho bastante largo.

Por supuesto que si esta afirmación se comprobara cierta, las féminas lo festejarían como nosotros un gol de Messi en la final. Es que ellas nos reclaman siempre nuestra falta de interés en sus cosas, nuestra predilección por pasar tiempo con nuestros amigos, nuestro amor incondicional e irreversible por nuestro equipo de futbol. Y cuando no tienen nada para reprocharnos, lo hacen igual, por las dudas. Si se enteraran de que de todo, pero toooodo lo hacemos por ellas, el mundo se partiría en dos.

Es que desaparecería la tan mentada inseguridad de la mujer. Al saberse parte de absolutamente todos nuestros actos, al sentirse primer motor inmóvil de nuestra voluntad, su ego crecería hasta el infinito. Y ahí quien las para…

Imagínense si supieran que en realidad jugamos al futbol para que ellas tengan una pareja con buen estado físico. Que salimos con nuestros amigos para darles espacio a ellas para estar con sus amigas. Que tomamos alcohol para desinhibirnos y decirles todo lo que sentimos. Que engordamos 10 kilos solo para que ellas no se sientan mal cuando no les entra algún pantalón.

Si supieran todo esto, ellas nos tendrían en un puño. Seríamos sus perritos falderos, sus esclavos. Imagínense si hoy nos tiranizan a través del sexo, lo que podrían hacer si nos esclavizaran con todo lo demás. Al darse cuenta que somos irremediablemente suyos, dejarían de hacernos esos favores que tanto nos gustan. Adiós desayuno en la cama, chau viajes solos con amigos, y olvídense de ese trío por el que tanto la venían remando. ¿Para qué? Si total es lo mismo…

Seguras de que dependemos de ellas como del oxígeno, retacearían el afecto y redoblarían las exigencias. Si son frígidas, querrán más plata y menos sexo. Si no lo son, querrán más plata y más sexo. De todas maneras, querrán más plata y manejaran nuestra dosis sexual. Aunque pensándolo bien, eso ya es así ahora…

Pero dentro de este panorama sombrío que estoy pintando, que se asemeja a una predicción apocalíptica, se me acaba de ocurrir una vuelta de rosca divina…. Cada vez que nos mandáramos un moco, podríamos justificarlo a través de nuestro nuevo lema “LO HICE POR VOS, MI AMOR.” Se enteró de nuestras infidelidades… “Era para practicar negrita. Así me sale mejor con vos”. Nos escucho puteando a la suegra… “Te estaba defendiendo cielo. Tu mama dice que sos una imbécil y yo eso no lo tolero.” Nos gastamos todos nuestros ahorros en una moto… “La compre para vos. Así no chocas mas cada vez que queres estacionar.”

Sería una manera de cambiar para que nada cambie. Lo que hoy toleran por inseguridad, en nuestro universo paralelo lo bancarían para fomentar su ego. De una u otra manera, el lema de las chicas seguirá siendo el mismo: “MENTIME QUE ME GUSTA”

La última pregunta que cabe hacerse sería…Si nosotros hacemos todo para ganar minas… Todo lo que ELLAS hacen es para ganar tipos? Mmm, será cuestión de pedir entonces….