
Pero en este artículo no hablaremos del comealfajores más famoso, sino de los periodistas deportivos que ejercen su profesión. Porque es una profesión, no? Seeeee, una profesión que se estudia en la escuela de Araujo y Niembro… Déjenme desconfiar de una carrera cuya currícula es más o menos así: “Futbol 1, 2 y 3, Basket 1 y 2, Tenis, Rugby 1 y 2, Boxeo 1, 2 y 3, Hockey no porque es de puto, y tesis final acerca de Cómo vender humo a granel y no morir en el intento, por Angel Cappa”.
Para retratar este mundillo empezaremos por sus personajes. Está será una escala descendente por así decirlo. Empezemos por lo mejorcito: Macaya Marquez. El jovato es de esos tipos que se conocen cada rincón de su profesión. Como comentarista siempre fue claro y bastante imparcial, más allá de que uno, como hincha apasionado que es, lo haya puteado en arameo más de una vez. Aparte tiene un aura de intocable, que hace que sus colegas lo veneren. A nadie le da el cuero para hacerle frente. A pesar de todo eso, mi viejo hace rato que lo apodó “viejo p….a muerta”.
Macaya tiene sus contracara, su negativo, su némesis: Julio Ricardo. Este geronte descascarado y senil, fue descongelado hace un año por la maquinaria estatal del “Futbol para todos”. Cada vez que lo veo por la tele, me da la sensación de que en vez de maquillarlo le ponen barniz. Su cara parece tallada en piedra y se gasta un pote de gel para el pelo por día. Su última participación televisiva fue hace 15 años en Tribuna Caliente, cuando el 9 era de Romay y Cherquis no era un lamebotas de Grondona. Hay que decirlo: el viejo esta gagá. Piensa que Passarella todavía juega y que a Boca lo dirige el Toto Lorenzo. Las transmisiones que hace con Araujo son hilarantes: ninguno sabe los nombres de los jugadores, entonces Araujo relata más o menos así: “La tiene boca, se viene boca, que mal esta boca, Roomán, que vas a hacer Román, Viste lo que hizo Román…”. El futbol para estos dos vendría a ser un deporte donde juegan 11 tipos que se llaman Román y se agrupan bajo el nombre de booca. Aparte se equivocan siempre en el análisis de las jugadas y no tienen autocrítica. El viejo tarado de Julio Ricardo asevera: “Claramente no fue penal”. Pasan la repetición en super slow motion, donde se ve que el defensor embolsa la pelota con las dos manos, le pega una piña al rival y después lo pisa. Acto seguido, vuelve la voz en off de Ricardo, quien convencido ratifica: “La repetición nos muestra claramente que el defensor se lleva la pelota con el pecho y el delantero simula un golpe que no existe”. Creanmé que dan ganas de mear el televisor.
Después tenemos la troupe de TyC Sports, con varios personajes para desguazar. Primero los dos felpudos de Diegote: Recondo y Palacios. El primero es un gordito fana de River, quien en sus épocas al lado de Fantino se las daba de periodista serio. Es verdad que cualquier persona con 2 gramos de cerebro siempre supo que era un papanatas. Pero últimamente mostró la hilacha. Desde que el gordo agarró la selección, este pescado defiende lo indefendible. Pareciera que en las eliminatorias jugamos como el Barca y que Diegote es una especie de Carmelita Descalza con el cerebro de Einstein. Palacios le da una vuelta de rosca más. Para defender al Diez, ha deslindado toooda la responsabilidad en los jugadores (varios de los mejores del mundo), despedazándolos sin piedad ni argumentos coherentes, para terminar proponiendo convocar a jugadores del medio local sin ningún pergamino, como Garcé (ups, cierto que a ese lo convocó). El único merito de este lechón es ser ambidiestro. En sus programas, con una mano sostiene una pelota, y con la otra abre y cierra 25 veces la tapita de su celular. Un capo de verdad.
Después tenemos a Pagani. Este tipo era considerado un periodista de verdad… hasta que lo vimos en Televisión. Vendría a ser una mezcla de Papa Noel con el Coco Basile. Tiene la voz arenosa del borracho viejo, de esos que chupan whisky hasta en ayunas. Me la juego que en los cortes de sus programas le entra a una petaquita que tiene escondida por ahí. Lo que lo ha convertido en un ícono mediático es su carácter. Es un cabrón tremendo: ante la menor provocación, dispara como yegua loca. Su pelea con Fabbri está en el Top 5 de momentos memorables de la TV argentina. De ahí le quedo el mote de “Payaso Mediatico”. Otra cosa que lo caracteriza es su fanatismo enfermo por Riquelme. Está obsesión llegó a su pico el día que en medio de una discusión, se le puso atrás a Recondo y con voz de pito le espetó : “… Porque no juega Riquelme, porque no juega Riquelme…”, frase que repitió como 4 veces como un lorito. Bilardo lo apodó Garpani, además de acusarlo de gritar los goles de Alemania en la final del 86. Es que a Horacio le gusta el Tiqui Tiqui, que se le va a hacer.
Pasemos a la troupe de FOX. Este canal parece el gobierno menemista. Da la sensación de que todos los que laburan ahí son garcas. Empecemos por algunos berretas cronistas de exteriores. Uno es Juan Fernandez, un coloradito con cara de rata, dientecitos saltones, que de solo verlo a uno le dan ganas de cazarlo del cogote. Otro es Nasarala, un gordito con cara de navo, el típico gil que cuando era chico iba siempre al arco y al que en el colegio todos los días le metían la cabeza adentro del inodoro. Subiendo en la cadena alimenticia tenemos al colorado Liberman. Ayyyayayyyy que feo es este pelirrojo, mi Dios… Qué ser desagradable!! Esta escoria humana no para de tirar bombas de humo, y sus “Temas del día” son al periodismo lo que los Poemas de Belen Francese son a la literatura. Aparte esta comprado por Ramón Diaz, y no hace ningún esfuerzo para disimularlo. Un asco este colorado.
Por último tenemos a la vedette del periodismo deportivo argentino: Fernando “Buenos días, buenas tardes, buenas noches” Niembro. Este gordo debe ser el tipo más odiado por la teleplatea deportiva. Salta a la vista que es un cerdo repelente, rosquero y corrupto. Esta siempre con un colorcito rosado que lo hace parecer Porki, y usa un bigote anchoíta que resalta su look de cagador nato. Sus panquequeadas son memorables. TVR lo ha retratado varias veces. Sin embargo el Gordo se mantiene incolumne, dándose aires de eminencia del periodismo latinoamericano. Ah si, porque Miembro va para “todos sus amigos de Latinoamerica”. Por eso cuando habla fuerza una tonada que parece Pablo Granados imitando a Ricardo Montaner. Lo mejor son las notas mano a mano, en las que demuestra sus dotes de entrevistador… y que no sabe nada de deportes. Las preguntas que hace tiene la profundidad de una pelopincho y las notan zafan porque generalmente los invitados son grossos y saben remarla por si solos.
Uno de los pocos relatores que zafaba era Victor Hugo. Hasta que hizo la “Gran sanguchito” y se puso al lado de la torta. Ahora es más oficialista que Anibal Fernandez y sus oyentes se sienten más engañados que la mujer de Tiger Woods.
Por todo esto el que más clara la tiene es Fantino. El se dio cuenta hace rato que los periodistas deportivos son una manga de Animales Sueltos.
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1 comentario:
geniaaaaaaal ninguno sabe nada !!! pero banco a pagani! y faltaron las lacras mas grandes comesushi de lopez y el pollo nomelajuegopornada bignolo... esos dos son la peor lacra del periodosmo... y ese programa de radio tv berreta que tienen en el que se hacen los espontaneos solo por poner un mate que no tomam nunca arriba de la mesa es genial... tan mas maquillados que mirta... abrazo butter la nota es genial!
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