Se viene el Mundiallll


Si señores, faltan 3 meses para que el mundo se detenga (salvo los yankos boludos). El 10 de junio no existe jefe, mujer hinchapelotas ni madre castradora que pueda interponerse entre el hombre y lo que más le gusta: el futbol. Porque seamos sinceros: a todo hombre que se precie de tal le gusta el futbol. Y el mundial es la cumbre del balompie. Es eso, o te gusta la carne en barra por popa, así de sencillo.

Por eso en junio, nos olvidamos de Kretina, del boludo de Macri, del pusilánime de Cobos y del cavernícola de Moreno. Nos chupará soberanamente un huevo el precio de la carne, los DNU, el Vicente Nario y la mar en coche. Lo único importante será si Messi va por una punta o por el medio, si Heinze le da alguna vez un pase a un compañero o si Passman todavía la tiene adentro. Será cuestión de estado el compañero de cuarto de Kaká en Brasil, si el Niño Torres se sigue haciendo los claritos o si Terry se bajo a la mama de Capello.

Todos seremos técnicos expertos en cualquier clase de dibujo táctico. Sabremos al detalle las formaciones de Argelia, Corea del Norte y Honduras. Analizaremos con precisión de Matemático hindú las posibilidades de cruces en segunda ronda y haremos 1000 especulaciones de partidos arreglados y complots macabros. Por supuesto tendremos a toda hora en la pantalla de la PC el minuto a minuto del pronóstico del tiempo en Sudáfrica, aspecto clave para predecir el desarrollo de los matchs.

Obviamente, participaremos de cuanta apuesta, prode interno o concurso de sabiduría mundialista que se arme. Uno con los del laburo, otro con los del equipo de futbol, con los del colegio, con los de la facu… y con las amigas de nuestras novias, asi ganamos algo seguro. Nos pondremos de la cuca cada vez que las minas nos pregunten boludeces en el medio de los partidos, tipo “Ahh, no juega el Bati?”, o … “Cual es el referi?” o “si perdemos, quedamos afuera?”. Aunque por otro lado, nos pondrá orgullosos que por una vez, nosotros seamos los inteligentes y ellas las boludas ignorantes.

Seremos unos panqueques recalcitrantes, contradicciones ambulantes en un estado de transformación permanente. Esto es la Gloria o Devoto, no jodamos. Diegote puede ser el “gordo falopero-vago-delincuente” o simplemente “D10S”. Messi será un “emo-vendepatria-catalan-pesetero” o el “Messias”. Creeremos en todas las cábalas habidas y por haber, mientras repetimos como loros “no soy cabulero”, al tiempo que sacamos de una patada en el culo al forro que se sentó en nuestro lugar.

Desde ya que llevaremos un fixture en la billetera, y todos los días nos meteremos en el Excel a llenar los resultados en la planilla con todos los grupos y cruces. Haremos todo tipo de malabares para no perdernos ningún partido. Si alguno nos agarra en la calle, nunca falta un Garbarino con 20 plasmas en la vidriera para servirnos de living público. Compraremos todos los días el Olé y recolectaremos toooodos los suplementos especiales que salgan a la calle (aunque digan tooooodos lo mismo).

Las minas nos diran que estamos locos, se reiran de nuestra obsesión. Eso solo potenciará nuestra excitación y alegría. Que mejor que tener un interés común con nuestros amigos que las mujeres no entiendan ni les interese entender? Ellas igual muestran cierta atención, ven los partidos y todo… Pero es como darle margaritas a los chanchos. No cazan un fulbo. Chicas, acéptenlo: el Mundial no está hecho para ustedes. Es un evento de, por y para hombres.

Nos volveremos súbitamente patriotas, cantaremos el himno, nos emocionarán las propagandas que ensalzan nuestra bandera y odiaremos cualquier manifestación extranjerizante. Nos llenará de orgullo que Crónica ponga en su titular de fondo rojo: “LAS MALVINAS SON ARGENTINAS”, cuando le acabamos de ganar a Nigeria.

Los cronistas deportivos pasaran a ser megaestrellas de cine, liderados por Marcelo Benedetto, cuyas salidas en vivo a las 4 am, hora local, se volverán una costumbre. Tomaremos bandos en la disputa Pagani-Fabbri y putiaremos al relator de turno por elogiar a los jugadores que odiamos y criticar a los que queremos. Adoptaremos algún equipo chico y simpatico como mascota, gritando sus goles como si fueran nuestros.

Si Argentina queda eliminada, el malhumor nos durará semanas. Pero si salimos campeones, mamaderaaaa, el pedo durará días,  y la alegría, mínimo 4 años. Que locura sería eso… meses y meses hablando de los mismo, de cada detalle, de cada anécdota…. De cómo nos desmayamos de la borrachera y quedamos dormidos en pelotas en la plaza del Obelisco. De cómo lloran los brasucas…

En fin todo esto nos genera el Mundial. Una locura MUY PERO MUY CUERDA.

1 comentario:

Anónimo dijo...

EXCELENTE!!!